lunes, 16 de diciembre de 2013

San Lorenzo Campeón: Cuando impera la emoción, el respeto y la felicidad ganamos todos


La imagen de la televisión se detuvo unos instantes en Leandro Atilio Romagnoli, quién sentado en el banco de suplentes, lloraba emocionado mientras esperaba el silbato final del partido. El “Pipi”, máximo ídolo en actividad de los azulgranas, resumía el estado de todos los hinchas del Ciclón, angustia y expectativa. Cuando Pitana dio por terminado el partido en el Amalfitani, en Rosario faltaban unos segundos que se hicieron eternos, para que una vez confirmado el empate entre Newell’s y Lanús, la felicidad por el 12 campeonato de San Lorenzo, diera rienda suelta al festejo de los de Boedo en el césped “velezano”.

El fútbol se empeña una y otra vez en mostrarnos su cara real, esa que hace de este deporte el más popular del mundo. En un torneo plagado de incidentes, cambios de horario, jugado sin público visitante, con arbitrajes horrendos, con pésimas dirigencias, se ve en el final que también existe el respeto y el festejo sin desbordes, ejemplo que nos da la esperanza de creer que aún se le puede ganar a la violencia y a los violentos.

El Inicial 2013 fue un campeonato con altibajos, parejo entre cuatro o cinco equipos, los que llegaron a la última fecha con chances y podemos agregar a Belgrano, que realizó un buen torneo. Discrepo con aquellos que opinan que este fue un campeonato mediocre o mal jugado, sí que fue muy parejo. Newell’s mostró el camino mientras su físico le aguantó, luego tomo la posta el actual Campeón y ya no aflojó hasta el final.

El equipo dirigido por Juan Antonio Pizzi, fue el que intentó jugar siempre, forjando una identidad de equipo. Más allá de las críticas, muchas veces injustas, el técnico logró sobreponerse a la falta de resultados en la Sudamericana y la Copa Argentina, a las lesiones de sus delanteros, Cauteruccio y Verón, y pudo transmitir al grupo su confianza y estilo de juego. Todo esto apoyado en una dirigencia muy coherente, que apostó a este proyecto y lo sostuvo aún en sus peores momentos. Este grupo directivo encabezado por la dupla Lammens-Tinelli, lograron lo que parecía imposible, tener un club ordenado económicamente, con un crecimiento de la masa societaria impresionante y pasar de la lucha por evitar el descenso a lograr el máximo título de la AFA.

El empate en el campo de Vélez dejó a San Lorenzo con 33 puntos, dos a más que Lanús, Vélez y Newell's. San Lorenzo con el título bajo el brazo asume la vacante "Argentina 3" en la Copa Libertadores, entrando así en el Grupo 2, que ya cuenta con Unión Española (Chile), o Independiente José Terán (Ecuador) y el vencedor del partido entre Botafogo (Brasil) y el Deportivo Quito (Ecuador), por la pre-Libertadores.

El festejo azulgrana se trasladó a la mítica esquina de San Juan y Boedo, corazón del barrio que vio nacer la pasión por los colores que vistieron a Boedo hasta altas horas de la madrugada. Habrá tiempo suficiente para análisis más detallados, en el receso de nuestro fútbol, pero en trazos gruesos San Lorenzo ganó por: haber comprado bien; mantener en el plantel a figuras determinantes como Piatti, Mercier o Gentiletti; darle espacio a juveniles de la cantera como Villalba, Navarro, Correa, Contreras, Catalán; sostener un estilo de juego a pesar de las críticas y falta de resultados; la coherencia dirigencial. Por todo esto el “Cuervo” es un merecido campeón.

Por Luis Burgos; @chichongo

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